Fernando Mires - CHILE 1, URUGUAY 0: CHILE UNO POR UNO (más un breve comentario)



Bravo: muy bien cortando centros. Con un arquero así no se necesitan grandes cabeceadores ni defensas altos

Isla: al hombre de Buin le dijeron tanto que tenía que disparar al arco que lo hizo de una vez y marcó el gol de su vida. Bien en defensa. Es garantía por el lado derecho.

Medel: firme, fiero como siempre. Nadie sabe como lo hace para ganar en los saltos a jugadores tan altos como son los uruguayos. Definitivamente es defensa y no mediocampista. Un punto más para su descubridor: Bielsa.

Jara: fue el único que jugó de un modo muy uruguayo. Hasta la falta que cometió en Calvani - solo le metió el dedo en el trasero: no lo mordió-  lleva la marca de la gente del Plata.

Mena: como defensor firme, como atacante diestro. Es lo que se espera de un carrilero. 

Díaz: un partido normal en el ordenador del “medio-retrasado”. Fue sacrificado en el cambio cuando Sampaoli, aprovechando la inferioridad numérica uruguaya, comprendió que necesitaba adelantar líneas.

Valdivia: sigue siendo el enlace que Chile necesitó en el Mundial. Difícil meter pases finos en una defensa tan poblada, pero lo hizo. El toque a Isla llevó su firma. Hasta ahora es el que ha hecho más pases-gol del campeonato.

Aránguiz: una hormiga, defiende, ataca, y siempre está ahí cuando algún amigo necesita de su ayuda.

Vidal: le dieron durísimo, pero como es inteligente se retrasó y disparó de lejos. Estuvo a punto de convertir el segundo. Su rodilla quedó de nuevo en duda.

Sánchez: no era su noche. Un par de calesitas, una arrancada por la izquierda y poco más. En el segundo tiempo despertó y ayudó algo en el medio de la cancha.

Vargas: otra vez, el más débil del equipo. No encuentra su juego y contra una defensa como la uruguaya no tiene muchas posibilidades.

Entraron después:

Fernández: hace ya tiempo que está pidiendo cancha. Además de haber recuperado el talento, se le ve fuerte, con ganas de jugar, voluntarioso.

Pinilla: casi no tocó la pelota pero su función era llenar el hueco del centro para dejar más espacio en las puntas

Pizarro: entró para tranquilizar y controlar el ánimo de sus compañeros, algo que se necesitaba en los momentos en que los uruguayos estaban muy enardecidos.

Un breve comentario: aparentemente el árbitro sintió la presión del público (pasa en todas partes) pero ninguna de las expulsiones puede ser considerada - de acuerdo al reglamento - errada. La falta descalificadora de Jara no podía verla porque estaba de espaldas. Decir que Chile ganó gracias al árbitro significa no entender nada de fútbol. Menos si se tiene en cuenta que los uruguayos no son el coro de los niños cantores de Viena. Chile ganó porque supo desenvolver su juego de toque corto y a ras de suelo en contra del juego de contragolpe largo que utilizan los uruguayos. Sampaoli impuso lo que desde un comienzo anunció a la prensa: no caer en el juego épico del adversario. Chile jugó a lo que sabe, con orden y lógica; y lo hizo bien. 

Y no por último: el arquero urugayo tuvo mucho más trabajo que el chileno.