Fernando Mires – LA LÓGICA Y LA CONTINGENCIA



Me importa un cuesco de lechuga si el partido fue bien o mal jugado. Dicho entre nosotros, fue muy mal jugado. Los holandeses acosaban, atacaban, disparaban a tontas y a locas, y la pelota, de tan maltratada que era, no quería entrar.
No solo jugaban dos equipos. Uno nominalmente –con sus intergalácticos Robben, Van Persie, Sneijder– aparecía como muy superior al otro, provinciano en el papel pero con algunos jugadores de cierta calidad (Navas, Ruiz, Borges). Y todos los que no somos holandeses hacíamos votos al cielo para que Costa Rica no perdiera (pedir que ganara era demasiado). Pues lo que verdaderamente estaba en juego era una lucha abierta entre la lógica (Holanda) y la contingencia (Costa Rica)
Hay momentos del fútbol en donde lo menos que importa es el fútbol. Momentos en los cuales el reloj y el tiempo, incluso el calor y el viento, son más decisivos que una buena jugada. Momentos en los cuales el gol no se llama gol: se llama destino.
Esta vez ganó la lógica. Apenas y a penales.
La lógica surge de lo necesario en el tiempo (Aristóteles) La contingencia no de lo innecesario, sino de lo que pudo haber sido asi o asá. La contingencia, por lo mismo, no es sinónimo de casualidad, como tantos creen. La casualidad es lo que no entendemos por qué sucedió. La contingencia es entender por qué sucedió sabiendo y pensando que pudo haber sucedido de otra manera si no hubiera pasado esto o lo otro. El destino a su vez no existe, se hace. El destino es el resultado final de la lucha entre la lógica y la contingencia. El destino, quiero decir, no está en el futuro sino en el pasado, después del juego. Eso vale para todo juego, incluso para el fútbol.
Por el momento la lógica va ganando en el mundial 2014. Las semifinales serán jugadas entre Brasil, Alemania, Holanda y Argentina. Muy lógico. Dos contra dos. El Occidente Cercano contra el Occidente Lejano (depende donde uno está situado)
La lógica y la contingencia, las Dos Grandes Putas de la Historia, afilan dientes, cuchillos y colmillos para la gran batalla final. ¿Quién ganará? Yo al menos seré hincha de la contingencia.
La vida, para que sea vida, debe ser contingente.
Solo la muerte es absolutamente lógica.
A veces pienso que mi pasión por el fútbol no tiene mucho que ver con el fútbol.